La Paraula
Josep Otón : La Mística de la Palabra
Sin Palabra no hay
espiritualidad cristiana. El silencio es imprescindible, porque nos prepara
para la escucha. Es el ayuno de palabras que nos permite acoger la Palabra.
La Palabra cobra vida si se
encarna en la propia vida. No se improvisa. Jesús de Nazaret calló durante 30
años para gestar la Palabra que anunció durante tres.
Dios es Palabra porque su
voluntad es comunicarse (…) en la medida en que nos sumergimos en el gran
Misterio divino, entendemos cada vez más la Palabra, sin necesidad de recurrir
a las palabras.
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